La cristalización es un fenómeno natural que ocurre en la mayoría de las mieles con el tiempo. Este proceso se debe principalmente a la sobresaturación de azúcares, especialmente la glucosa, en relación con el contenido de agua. La proporción de glucosa y fructosa en la miel, así como la presencia de partículas como polen y cera, influyen en la velocidad y el tipo de cristalización.
Contrariamente a la creencia popular, la cristalización no es un signo de adulteración o deterioro de la calidad de la miel. De hecho, algunas mieles cristalizadas son muy apreciadas por su textura cremosa. Un calentamiento suave (al baño María) puede revertir la cristalización sin afectar significativamente las propiedades de la miel, siempre y cuando no se excedan las temperaturas recomendadas. Comprender el proceso de cristalización ayuda a los consumidores a distinguir la miel natural de productos adulterados.
